¡¿Dónde está lo que me prometieron?!
Todos los días amanece ¡maldición!
Me levanto. La ducha. La producción.
Salgo sin desayuno.
Tomo la micro.
Me pisan. Me aprietan.
Ahora el metro que es un tema aparte.
¡Bip! suena la tarjeta. Se abren las puertas.
-¡Deje bajar antes de subir!- les propongo a los entes que me rodean. No puedo decir que son personas, porque no tienen SENTIDO COMÚN. Son sólo entes.
Finalmente logro subir al vagón.
Me pisan. Me aprietan.
Y me veo inmersa y perdida en un tumulto.
Esta lleno, atiborrado, TRANSANTIAGO, saturado de entes.
PERO ESO NO ES NADA.
¿Y el olor? ¿qué me dicen del olor en pleno verano?
Hace unas semanas leí que desde el siglo pasado que no se registraban estas temperaturas, estos calores de mierda.
El olor. Silencioso y culpable.
¡hey, tú! aunque mires el suelo, te descubro.
Puedes ocultar el secreto que cargas.
Golpeas a tu esposa, a tus hijos, a tu amante.
Pero comes "sánguche de potito" y el hedor te delata.
!Maldito asqueroso! No te importan los entes, ni yo.
Y no se te ocurra decir - ¡yo no fui!-
Bueno, intento ignorarte y descubro que otro de tu raza me mira las tetas.
¡Qué desagradable! Ni siquiera llevo escote.
Pero me miras y me sigues mirando descaradamente. Tomo mi sobre cartera que tengo bajo el brazo y lo apoyo en mi pecho.
Te miro y no te importa. Al ver que te descubrí te sientes más hombre.
¿Acaso no tienes hijas, esposa o madre que te enseñe a respetar?
No. Al parecer eres un infeliz solitario inmerso en la sociedad.
Una vida monótona es tu secreto.
Estás lleno de polvo y alcohol. Nada tiene sentido.
Bueno intento ignorarte, pero me recuerdas que un día existió un compromiso
y me pregunto - ¿Dónde está lo que me prometieron?