La noche estuvo llena de vino tinto, boleros, tangos, una visita al Cinzano, un cumpleaños feliz , besos y abrazos.

Desperté con un ligero dolor de cabeza que no alcanzaba a molestarme. Desde lejos oía La vie en rose de Edith Piaf. Lentamente la música me deslizaba por un estado de bienestar. Descubrí que el sonido provenía del toca discos de mi hermana. "...Je Vois La Vie En Rose, Il Me Dit Des Mots D'amour Das Mots De Tous Les Jours..." cantaba la Piaf convirtiendo mi despertar en un sueño.

Me levanté del colchón sin sábanas en el que logré acomodarme luego de la interminable noche anterior y miré la ventana. Me acerqué, corrí el visillo que la cubría, la abrí y una bocanada de viento fresco me envolvió. Cerré los ojos para sentir la brisa, pero pronto descubrí que la vista desde ese lugar me revelaba un despertar magnífico en Valparaíso, la ciudad de los sueños.