____________________________________________________
La frase el discreto encanto de la burguesía puede significar muchas cosas dependiendo de quien lo analice. Para mí eso de discreto encanto lo dice todo. Esta clase social vive inserta en un mundo lleno de comodidades, donde la idea de no tener dinero para sus caprichos les da náuseas.
El director español, Luís Buñuel, plasma su magnífica interpretación de este grupo social, en el film El discreto encanto de la burguesía, que en 1972 ganó el Oscar a la mejor película extranjera.
Rafael Costa (Fernando Rey) embajador de Miranda, un país sudamericano que pocos burgueses conocen, se reúne con el matrimonio Thévenot para asistir a una elegante cena en la residencia Sénechal. Todo va de maravilla, pero un imprevisto los obliga a terminar el banquete en un restaurante, donde tampoco logran comer ya que el dueño del establecimiento muere.
Esta obra es comedia por donde se la mire. La cantidad de incidentes, imprevistos, excentricismos, muertes y asesinatos no logra convertirla en un film de acción si no en una comedia de tomo y lomo.
Cada vez que este grupo de burgueses se apresta a comer algo los interrumpe y deben enfrentar situaciones que hacen reír tanto como Cantinflas. En una escena, estos amigos se encuentran sentados a la mesa a punto de probar el primer bocado y alguien toca a la puerta. Cuando la señora de la casa recibe a los comensales resulta que es todo un escuadrón de militares.
Además de las cenas la historia está repleta de sueños. Los protagonistas viven una serie de situaciones embarazosas y peligrosas, pero sin previo aviso Buñuel los hace despertar y sigue con el chiste.
Durante toda la película el director español juega con la realidad y los sueños. Hace sufrir a sus personajes y los envuelve en una atmósfera llena de cinismo, superficialidad, ignorancia y muchísima comida desperdiciada.


